EL CAMELLO “MASCACHICLES”
Juan
José Bocaranda E
En un
pueblo perdido en los arenales de Namibia, mercaba un traficante de camellos que se valía de la
ocasión para enriquecerse a costa del mal ajeno, como suelen hacerlo los
ladrones de otras latitudes.
Un
día llegó un suicida profesional norteamericano que iba a Playa Esqueletos
buscando la muerte a través del hambre o
de la sed. Pagó una gorda suma de
dólares por un camello que parecía un monumento, dotado de anchas chapaletas y de una joroba de
capacidad diluvial. Lo llamó “Mascachicles”.
Salió
con la aurora, para ganar tiempo. Pero pocas horas después estaba de regreso
porque Mascachicles se notaba
extremadamente deteriorado y arrojaba vapor por todos los orificios.
-Señor,
le devuelvo el camello. Botó dos chorros de agua por las narices y la joroba le
quedó completamente vacía.
-No
se aceptan devoluciones. ¿No leíste ese
cartel de advertencia?
-Está
escrito en lengua extraña para mí.
-Es
oschiwambo
-Pero
yo sólo conozco el koekoe
-Pues
te “jorobaste”. No se aceptan
devoluciones
-!Oh,
my god! ¿Y ahora qué hacer?
-Te
vendo otro camello...
-¿Cómo
mentarse la madre en oschiwambo?
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