RÈQUETEJOTÀDIDO
Juan
Josè Bocaranda E
Cuando Rufino Layres ingresò
como profesor de Derecho en la Universidad de…, uno de sus mayores enemigos
gratuitos fue el pomposo doctor Belarmino Balarte, quien quiso humillarlo. Para
realizar este nefando plan, “comisionò” a una muchacha alumna de ambos, quien
interrumpió la clase un dìa y preguntò a Layres, en voz alta, si tenía
postgrado y cuàl era èste. Sin inmutarse, Layres le respondiò:
-No. No tengo ni dos minutos de
postgrado en toda mi vida
-¿Por què?
-Porque no me hace falta.
La muchacha corrió hacia el
inquinoso para darle a conocer la respuesta. De ahì en adelante, la rabia
gratuita contra de Layres se transformò
en odio evidente. Entonces se abocò a la tarea de desprestigiarlo ante colegas,
jueces y estudiantes, “porque no tenía postgrado”.
Dos años después, por cosas del
destino, Layres fue nombrado Asistente de la Sala de Casaciòn Penal de la Corte
Suprema de Justicia. Era el segundo de a bordo del despacho; el tercer nivel lo
ocupaban los abogados auxiliares.
Layres estuvo vapuleando a
Balarte durante doce largos años, hasta que se jubilò, y eso que Balarte
presumìa de excelente casacionista. Era muy solicitado para la formulación del
recurso. Sin embargo, no ganó ni un solo caso en ese despacho, mientras Layres
estuvo allì, pues como Asistente èra
èste quien elaboraba las sentencias. El Magistrado lo que hacìa era
firmarlas.
La técnica de Balarte en la
formulación del recurso era sumamente compleja y enrevesada, pues descomponía
cada denuncia, de forma o de fondo, en dos, tres o cuatro subargumentos, para
complicar las cosas y vencer por cansancio. Pero, no pudo con Layres, quien lo
dominò punto a punto y sin que ni el Magistrado ni la Sala le tachasen ni una
sola coma a los proyectos de sentencia elaborados por èl.
-Asì se tapa la geta a los pajudos: con hechos, no con palabras-
dijo Layres- …Los postgrados no valen por sì solos…Hace falta algo màs, pero no
voy a decir què…
Por eso lo tuve rèquetejotàdido durante doce años…A mì
nadie me... "acompleja"…