BONDADOSA
Juan Josè
Bocaranda E
Estrenò el
nombre cuando Dios ungió los nombres el dìa de la Creaciòn…Porque la satura el
bien con sus esencias: buena en el pensar, buena en el decir, buena en el obrar.
¡Allí
viene Bondadosa! – gritan alegres los ecos de la casa, desde que amanecen
sus caminos. Y gritan también, con
saltos de contento, las aves y los jardines.
¡Va
pasando Bondadosa¡- alertan los vecinos, y todos salen a ventanas y puertas,
saludándola con sus pañuelos y gorras, como cuando pasa el sol .
“!Bondadosa, Bondadosa, danos un poco de tu
bien¡”- gritan los niños, deteniendo la carrera de sus juegos y apresuràndose a
su encuentro. Reparte entre todos, caramelos y panes del bien, de su cesta de
mimbre siempre llena, donde el amor se reproduce y multiplica, a la luz calurosa de sus manos. Y ella, con
ese su aire especial, mezcla de mansedumbre, desprendimiento, amor y dignidad.
Va
pasando. Y, sonriente, entrega a los caminantes, rosas, crisantemos y claveles,
dalias, hortensias y begonias. Y muchos perfumes.
Lanza al
viento los girasoles cultivados en sus predios,
y con gracia de maga los hace girar para que girando esparzan las
semillas del bien, multiplicadas en luz como luciérnagas.
Y el bien,
desmenuzado en mariposas, se queda ondeando en el aire unos instantes, hasta
que cada mariposa vuela a su destino, llevando besos del bien, como Bondadosa
desea.
¡Es dulce
y hermosa! ¡Y atrae el bien, el amor y la paz! ¡Y la buena suerte, porque es
una mabruzca natural!.- dicen quienes la ven pasar con donaire y dignidad.
¡Bondadosa,
Bondadosa! ¡Si lo sabré yo!